La presencia española, clave en la misión Rosetta


El papel de la industria y los científicos españoles son clave en la misión de la Agencia Espacial Europea que quiere que la sonda alcance su máximo acercamiento al cometa

La presencia española, clave en la misión Rosetta
La sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea EFE

Madrid (EFE).- El papel de la industria y los científicos españoles son clave en la misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA), que conseguirá uno de sus hitos este miércoles, cuando la sonda alcance su máximo acercamiento al cometa al que persigue desde hace una década.

Los científicos intuyen que los cometas estarían constituidos por la misma materia que el sistema solar y el análisis "in situ" de 67P/Churyumov-Gerasimenko podría dar claves sobre "el origen y formación" del mismo.

Así lo ha explicado a EFEfuturo Diego Rodríguez, director de Espacio de SenerR, una de las empresas españolas que participa en esta misión, en la que también colaboran entidades científicas españolas como el Instituto Astrofísico de Andalucía (IAA), el CSIC, el INTA y la Universidad Politécnica de Madrid.
Estudios previos han revelado que estas bolas de hielo sucio que son los cometas y que alcanzan órbitas muy lejanas contendrían moléculas orgánicas complejas, ricas en carbón, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, pero persisten muchos interrogantes sobre la composición de estos cuerpos pequeños y lejanos, además de escasos en el Cosmos.














Ha añadido que las primeras imágenes enviadas por la sonda Rosetta en el marco de su periplo espacial han "sorprendido" a los científicos, que no se esperaban que el cometa perseguido tuviera un "núcleo doble" como se ha desvelado.

El día 6 está previsto el esperado "rendez-vous" de la misión, que en francés, se traduce como cita o encuentro, de la sonda Rosetta con el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.

Las imágenes entonces desde posiciones tan próximas a la superficie del cometa serán mucho más detalladas y darán acceso a datos más precisos de su forma y estructura, de igual modo que, en su día, la piedra Rosetta que da nombre a esta misión sirvió para desvelar los jeroglíficos egipcios.
Los preparativos para el "rendez-vous" han sido largos tras una década de viaje de la sonda, aprovechándose en sus desplazamientos de la asistencia gravitatoria de los planetas para minimizar así el consumo de energía hasta alcanzar su meta.

Según la ESA, la sonda ha recorrido en este tiempo casi 6.400 millones de kilómetros (unas cuarenta veces la distancia de la Tierra al Sol); su objetivo próximo es igualar su velocidad a la del cometa y viajar a su lado, a una distancia inferior a un metro por segundo, más o menos la que separa a dos personas que caminan juntas.

Una de las consecuencias de su largo viaje es la variación continua y extrema de las condiciones térmicas de la sonda a la que está expuesta, y que ha supuesto "un reto" en su diseño a los ingenieros, según el directivo de Sener.

El gran desafío de la misión será en noviembre, cuando el módulo Philae, con una masa de 110 kilogramos, lance sus dos arpones para anclarse en la superficie del cometa, convirtiéndose en el primer satélite que se pose sobre uno de estos cuerpos celestes.

Los cometas apenas tienen gravedad y eso dificulta la retención de cualquier visitante para fijarse en la superficie sin rebotar ni escaparse; ello obliga a elegir muy bien el punto y momento exactos para el anclaje, y por tanto conocer muy bien al cometa, como se intentará en estos meses.
Al no saberse con exactitud el tipo de naturaleza de la superficie del cometa, los arpones se han fabricado "bajo suposiciones", sin que se pueda garantizar con certeza cómo reaccionarán cuando sean lanzados, según el directivo de Sener.

Su empresa ha suministrado al proyecto dos mástiles desplegables, quince persianas de control térmico activo y la unidad electrónica de control de todo el instrumento Giada.
Asimismo, las pantallas ópticas de atenuación de la radiación incidente sobre las dos cámaras de navegación y los dos rastreadores de estrellas, además del controlador de la rueda de filtros de las cámaras NAC y WAC del instrumento Osiris, entre otros componentes.

Otras empresas españolas en el proyecto son: Crisa, con varios equipos, como la unidad electrónica del navegador de estrellas y la cámara de navegación; Deimos Space, que ha definido la senda para llegar al destino; Airbus Defence and Space, que ha participado en la fabricación de antenas de comunicación con la nave, o GMV, inmersa en el ajuste de la trayectoria de la sonda y aspectos de navegación, entre otras tareas.

Asimismo, Thales Alenia Space España con: el Solar Array Drive Electronics (SADE), para controlar la orientación de paneles solares; la Avionics Interface Unit (AIU), para conectar el ordenador de la sonda con equipos que garantizan su posicionamiento; el Remote Terminal Unit (RTU); la Radiofrequency Distribution Unit (RFDU) y la Wave Interface Unit (WIU).

Por su parte, Alter Technology Tüv Nord aporta aprovisionamiento centralizado y ensayos de componentes electrónicos, y Rymsa Espacio, el alimentador de banda X para una antena de tipo reflector.

















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