La OMS decide a quien darle los farmacos experimentales.
Naciones Unidas podría declarar el estado de emergencia de salud internacional
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
tiene un difícil dilema que resolver. ¿Debería darse un tratamiento que
solo se ha probado en monos para intentar atajar la epidemia de ébola? Y
si se da, ¿a quién se le debe dar de forma prioritaria? El dilema, que
ya se planteó con la alerta de la gripe aviar, vuelve a estar sobre la
mesa de la agencia de Naciones Unidas.
El tratamiento experimental que Estados Unidos suministró a dos de sus ciudadanos infectados con el virus en Liberia ha
hecho que la OMS se cuestione la idoneidad de emplear fármacos no
utilizados con anterioridad pero que parecen ser efectivos.
Los dos enfermos tratados aún no se han recuperado, aunque mejoran cada día. El suero utilizado es un anticuerpo monoclonal humanizado obtenido de ratones
expuestos a fragmentos del virus de ébola. Se llama Zmapp y funciona
impidiendo que el virus entre e infecte nuevas células. Una vez que los
antígenos se adosan a la superficie de una célula, el virus penetra y
usa los mecanismos de su anfitriona para replicarse. Los anticuerpos,
que pueden ser del sistema de inmunidad propio del cuerpo o los
medicamentos, impiden que los antígenos se fijen a las células.
Este fármaco solo se había probado en animales antes de
utilizarlo con el médico Kent Brantly y la voluntaria Nancy Writebol.
Ambos contagiados, mientras luchaban contra la infección en Liberia.
Una situación inusual
El tratamiento es el único específico que existe para luchar contra este virus letal.
Pero, de momento, ni hay una gran evidencia sobre su eficacia ni
cantidad suficiente para utilizarlo a gran escala. Por eso, la OMS
organizará la semana próxima un panel sobre ética médica para determinar
el uso de este y otros posibles tratamientos experimentales. Barack Obama aseguró que no hay suficiente información para decidir si el tratamiento experimental es eficaz y que los esfuerzos deben concentrarse ahora en contener la epidemia.
«Estamos ante una situación inusual con este brote. Tenemos
una enfermedad con una alta tasa de mortalidad sin ningún tratamiento o
vacuna. Necesitamos preguntar a los expertos en ética médica que nos
den una guía sobre cuál es la actuación más responsable», afirmó ayer Marie-Paule Kieny,
directora general adjunta de la OMS. Lo lógico es evaluar antes una
medicina con numerosas pruebas para saber si es realmente efectiva y
segura. «La seguridad es siempre nuestra principal preocupación»,
insistió.
Antes, la agencia sanitaria de Naciones Unidas deberá
decidir si finalmente decreta una situación de «emergencia sanitaria de
alcance internacional». Será el comité de emergencia de la OMS el que lo
decida y las medidas que habrá que tomar en fronteras y aeropuertos. La
decisión se hará pública mañana.
Nuevo test de diagnóstico
La Agencia Estadounidense del Medicamento
(FDA, por sus siglas en inglés) sí ha decidido autorizar el uso de un
nuevo test de diagnóstico desarrollado por el Departamento de Defensa
para detectar la infección como medida de ayuda a la contención del peor
brote mundial de este virus.
El test, que no ha sido aprobado aún, ha sido autorizado
para el uso en laboratorios diseñados por el Departamento de Defensa.
Está previsto que este test se use con el personal de Defensa
estadounidense con síntomas de la enfermedad, que están en riesgo de
exposición al virus, o que podrían haber estado expuestos a él, ha según
ha informado la agencia. También puede ser usado para examinar a los
trabajadores humanitarios y el personal de respuesta cuando sea
necesario.
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