Si queremos seguir disfrutando del pescado, tenemos que dejar de cazarlo y "cultivarlo" más
Este largo fin de semana tuve la oportunidad de compartir una interesante cena con la familia. Mi tía acababa de venir de viaje de USA y como no podía ser menos en cualquier reunión familiar, terminamos hablando de comida. Había estado en la costa este, Boston, NY, etc… y por supuesto, allí la estrella es “La Langosta“ o Lobster. Hay recetas de langosta para todos los gustos, e inclusopizzas de langosta.
Sin embargo, nos llamó la atención una cosa y fue el hecho de que, en general, y a primera vista, el pescado no está muy presente en el “American Way of Eating“. De hecho, y pensándolo un poco más no está muy presente en algunos de los países que he visitado. Ni siquiera en Londres, con sus famosos “fish and chips“ tuve la impresión de que se ofreciera mucho pescado en los menús. Claro está que una ciudad, y tan turística como Londres, no es un país. También es probable que un turista japonés pensara lo mismo de España si visitara solo Madrid y no Galicia o el País Vasco. La pregunta es, ¿comemos más o menos pescado que el resto del mundo? ¿En qué proporción? Y lo que es más importante ¿Cómo podemos garantizar que esto pueda seguir siendo así?
Comparación del consumo de pescado mundial
Lo cierto es que sí. Consumimos bastante pescado. De hecho, y a pesar de que tenemos problemas con nuestro sector pesquero, seguimos teniendo un sector pesquero importante.
Lubina, dorada, pez espada, atún, boquerón, gallo, rodaballo, mero, salmón, truca, bogavantes, pulpos, cabrachos… La realidad es que una parte muy importante de las proteínas de nuestra dieta tienen origen en el pescado. Estamos en los primeros puestos mundial con ¿adivináis? Noruega, Japón y nuestros vecinos portugueses. Aquí tenéis una gráfica mundial que nos muestra los gramos de proteína por persona que tienen su origen en el pescado:
Las razones para este alto consumo de pescado en nuestro país no las tengo muy claras. Sorprende el caso de otros países Europeos con costa como Francia, donde el consumo es algo menor. Puede que nuestro pasado “descubridor” nos haya hecho más amigos del pescado y también que nuestra geografía, sobre todo en el norte, donde los cultivos eran más complicados, hayan promovido que miráramos hacia el mar como fuente de alimentación. ¿Qué pensáis vosotros?
Piscifactorías y la pesca tradicional
¿Cómo podemos garantizar que nuestra apetencia por el pescado siga siendo posible en el futuro? Y el futuro, sin ninguna duda, son las piscifactorías. No es comprensible que seamos agricultores y ganaderos en tierra firme, pero todavía sigamos siendo cazadores en mar abierto.
Muchas especies se pueden obtener ya en piscifactorías, pero tengo la impresión de que todavía lo vemos como algo malo. Percibimos la merluza de pincho como mucho mejor. Y puede que lo sea, lo que pasa, es que estamos llevando al límite los caladeros. Tenemos que empezar a aprovechar mejor el conocimiento científico de los ciclos de vida de los peces, para poderlos criar como hacemos con el ganado desde hace miles de años. No hay nada malo en ello, si lo hacemos bien. O al menos tan bien como hemos hecho con ovejas, vacas, cerdos, etc…
Probablemente, todavía quede mucho margen para que ambas actividades coexistan de forma conjunta, pero tengo la impresión de que, con el tiempo, las piscifactorías serán mucho más abundantes. Sobre todo en países en vías de desarrollo, donde tener toda una industria naval, puede que sea mucho más caro, o puede que directamente imposible. Sin embargo, construir y operar una de estas plantas, puede ser una opción mucho más económica y directa.
Esto va a afectar mucho a la pesca tradicional. Al igual que la caza, seguirá teniendo su lugar, pero cada vez más, tendremos que acostumbrarnos a que si queremos comer atún rojo, es una barbaridad matarlo en alta mar, y que es mucho más sostenible aprender a criarlo en cautividad. Cuanta más presión vayamos quitando del mar, más espacio podremos ir dejando a su recuperación. Ni que decir tiene que, en este proceso, tendremos que ir ayudando a cambiar las artes de pesca y puede que el sector entero. De otra forma, es muy posible que, al igual que ocurrió con el cantábrico, solo sepamos de los cachalotes por los dibujos, y por las regatas de traineras.
Para finalizar, una pregunta incómoda, que a mi me genera dudas y sobre la que me gustaría conocer vuestra opinión. Si los japoneses fueran capaces de criar ballenas en cautividad en piscifactorías (poco probable por razones obvias de espacio), ¿verías bien que se comieran estas ballenas frente a la caza en mar abierto? ¿Lo ves mal en cualquier caso? Lo mismo se podría aplicar con tiburones y sus aletas.
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