¿Una casa por 180 euros? Es posible. Y además ecológica y reciclada


En un mundo donde el coste de una casa se come gran parte del salario, y es casi simpre inevitable comprarla con una hipoteca, Michael Buck nos demuestra que las cosas podrían ser muy diferentes.
Michael es profesor de arte jubilado de Oxfordshire (Reino Unido) y que dedica su tiempo libre a la agricultura. 
A los 59 años se ha construido una casa en su jardín por 180 euros, aunque hay que decir que en su caso ya disponía del suelo. 
Las premisas de Michael a priori parecían difíciles de cumplir para su proyecto: sólo utilizaría materiales que pudiera encontrar, no utilizaría ninguna herramienta eléctrica y no quería gastar nada de dinero. 
Empezó diseñando su vivienda en la parte posterior de un sobre. Luego durante dos años recogió los materiales necesarios sin salir de su pueblo. 
No necesitó ningún permiso municipal al estar considerada casa de verano y no ser necesarios en este caso en Gran Bretaña. 
Para hacer la base utilizó la técnica de Cob (Mazorca) que conoció por un libro. Esta técnica, ya utilizada en la prehistoria, consiste en mezclar arena, arcilla, agua y tierra. Posteriormente se coloca sobre una piedra y se pisotea (por hombres o animales). Después se empiezan a construir las paredes que se endurezcan en poco tiempo. 
 
Las tablas las consiguió de un barco abandonado por un vecino, las ventanas las realizó con el parabrisas de un camión abandonado y la paja del tejado en sus tierras. 
Las paredes están pintadas con una mezcla de tiza y de resina natural.
La casa tiene cocina, comedor y una litera. 
El agua que necesita la toma de un arroyo cercano. No tiene electricidad y utiliza para calentarse una chimenea de leña; suficiente para calentar el espacio perfectamente aislado del exterior. 
Apila la leña necesaria en una leñera esférica que está en el exterior. 
Un pozo cercano le sirve de nevera. Incluso tiene un gallinero de donde obtiene huevos frescos. 
Un inodoro capaz de realizar compost completa las instalaciones necesarias para vivir. 
El gasto de 180 euros fue necesario cuando se le acabó la paja para el tejado. Su idea era no gastar dinero pero tuvo que comprársela a los vecinos. Hay que decir que el tener que gastar dinero no le agradó mucho porque su idea inicial era hacerla sin coste económico alguno.
Actualmente Buck alquila su casa de 28 metros cuadrados a una mujer que trabaja en una granja lechera cercana. Ella le paga el alquiler en leche. 
Un buen ejemplo de lo que puede lograrse cuando se tienen las ideas claras y la determinación de hacerlas realidad. 
Si te ha gustado la historia te recomendamos visitar el blog de Michael Buck donde podrás encontrar más información y fotos sobre su proyecto y cómo lo llevó a cabo.
 
 

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